Aventuras y viajes de Jesús

EL CAMBIO CLIMÁTICO LLEGO A GABATOS
Menuda sopresa me lleve, cuando me desperte vi que por debajo de la puerta entraba agua y cuando abrí la puerta ¡¡¡Ohh, mi pueblo inundado!!

Me busque un lugar alto para ver este desastre, Gabatos parecia Venecia

Aproveche la ocasión para echar la caña a ver que pescaba.



Pero como no hubo suerte me fui a dar una vuelta por el pueblo a ver a los vecinos

Y de paso cazar mariposas que buscaban una flor donde posarse, porque todas estaban bajo el nivel del mar.






Al final todo fue un sueño y cuando desperte todo estaba normal.

EL EMBRUJO DE REBEPEY
En el anterior capitulo que se publico en:


Bueno pues hay va la historia desde mi punto de vista.

Yo creo Rebe que necesitas gafas mira la taza


Tambien hoy decidí sacar a mi niña Rebe a visitar el museo


Pero desde que se junta con brujas y gente rara sabe hacer hechizos y me mando a las catatumbas del museo.


Trate de encotrar la salida pero estaba como aturbido y con cara de panfilo




No habia manera de salir en la oscuridad que me habia metido esta aprendiz de bruja. Ni ella sabia desacer el hechizo.


Tambien descubrí que el museo esta lleno de pasadizos y fuí a parar al acuario, mirala alli estaba ella a si aire.


Pasaba de mi, me tenia desesperado y sin poder salir de alli








EL EMBRUJO DE REBEPEY: LA CONTINUACIÓN
Mi desesperación iba en aumento diambulando por esos oscuros rincones desde los que podía ver a mi traviesa Rebe paseando a sus anchas por todo el museo.


Aunque me echaba en falta y estaba arrepentida de lo que habia hecho.


Tras mucho tiempo perdido por esos pasillos secretos del museo logre encontrar una salida secreta por un cuadro magico que se encontraba en la pared.


Menuda regañina le cayo por aprender cosas malas, eso es de las malas compañias


Al final me dio pena se puso a llorar y menuda pataleta que pillo.


Menudo espectaculo formo en el museo, apunto de venir el guardia de seguridad, menos mal que se calmo.


Pero esa calma fue momentanea, porque algo rondaba por su cabecita.


Pero no accedí a su chantage y ¡¡Alaa de nuevo la llantera!!


Al final le dí un besito en la frente y se calmo.




Y pudimos continuar con nuestra apacible y didactica visita al museo


¡¡Colorín colorado esta historia a terminado!!

Besitos de chocolate para todos.